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martes, 25 de mayo de 2010

263. Premio ecuménico en Cannes

Aunque los medios rara vez se hacen eco de ello, el festival de cine de Cannes otorga un premio ecuménico, a películas con valores humanos y espirituales. Este premio lo otorga un jurado formado por figuras cristianas de todo el mundo, elegidas por Interfilm, organización protestante internacional del cine y Signis, asociación católica mundial para la comunicación.

Este año, el premio ha recaido en la película francesa "Des hommes et des dieux", de Xavier Beauvois, que narra la historia de los monjes franceses asesinados en Tibhirine, Argelia, en 1996.

Cito literalmente a Religión Digital:
"Esta película cuenta la historia de un monasterio en medio de las montañas argelinas, en los años 1990. Ocho monjes cristianos franceses viven en armonía con sus hermanos a musulmanes. Pero progresivamente la violencia y el terror se instalan en esta región. A pesar de las amenazas crecientes que les rodean, la decisión de los monjes de quedarse cueste lo que cueste, se plasma día tras día... De una gran belleza plástica, presentada a través de una interpretación colectiva remarcable y realizada según el ritmo de alternancia del trabajo y la liturgia, este film describe el sacrificio de los monjes, escogiendo proseguir su servicio a la paz a pesar de la violencia desencadenada. La humanidad profunda de los monjes, su respeto al Islam y su generosidad para con sus vecinos de aquellas tierras son los motivos de esta elección".

Pongo a continuación un breve fragmento de la película, con subtítulos en inglés:



Por si os interesa, aquí podéis encontrar la lista de películas premiadas desde 1974, películas casi siempre con valores que puede merecer la pena ver, si no lo habéis hecho ya.

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jueves, 20 de mayo de 2010

262. Exposición "Africa entre nosotros"

Coincidiendo con el Día de Africa, el próximo martes 25 de Mayo, tendrá lugar en S. Carlos Borromeo una exposición fotográfica y una serie de debates sobre la inmigración africana, que prometen ser muy interesantes. Este es el cartel de la convocatoria:

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jueves, 6 de mayo de 2010

261. Fotos del Encuentro de Guadarrama

José Antonio (Emaús) nos ha puesto fotos del encuentro de Abril en este álbum de Picasa: ALBUM. También lo he puesto en formato de presentación en la columna derecha.

Selecciono algunas para esta entrada, pero en el álbum podéis descargarlas con más resolución.










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miércoles, 5 de mayo de 2010

260. ¿Por qué compartimos? Razones para dar.

Hola familia!

Al hilo de lo que estuvimos tratando en los grupos de trabajo del encuentro de Guadarrama, respecto a acercarse al Pobre, y vivir el dinero de manera cristiana, me ha parecido bien compartir una reflexión que un hermano de nuestra comunidad Presencia nos ha enviado. Creo que puede darnos mucha luz. Aquí dejo su aportación:

A raíz de haber llevado recientemente nuestras aportaciones al banco de alimentos de S. Rafael, y también ropa usada a la asociación “En la Brecha ”, me han surgido unas reflexiones sobre posibles motivaciones para este dar y compartir (no sólo en la gente de la Comunidad, sino en la gente en general). Os las envío, por si a alguien le apetece leerlas y le son de ayuda. El tema de la austeridad es recurrente en nuestras vidas (¡y menos mal!)

- Hay quien da porque le resulta importante tener una buena imagen (ante los demás y ante sí mismo). Ya hace mucho más que quien no mueve un dedo y le da igual…
- Hay quien da porque al hacerlo se siente bien (seguramente, relacionado con que su conciencia se tranquiliza). No es poco: en una sociedad del bienestar donde todo vale para sentirse bien (centros spa, wellnes, “cuídate a ti misma”, “dedícate tiempo”, “tienes derecho”, “tú te lo mereces”, “porque tú lo vales”), elegir modos de sentirse bien volcándose en los demás significa mucho.
- Hay quien da porque es su forma concreta de luchar por un mundo más justo y solidario desde su realidad, su granito de arena.
- Hay quien sabe que ha sido bien tratado por la vida. Vive agradecido por lo recibido y sabe que ahora le toca compartir con quien ha tenido peor suerte.
- Y hay quien, a pesar de todo, aún no ha perdido la sensibilidad y ve, en el rostro de quien sufre, la dignidad profunda de la persona. A menudo, sin razonamientos ni palabras: simplemente le “afecta” en el corazón ¡Qué envidia, qué suerte! Para ellos, dar, aunque saben que no soluciona la raíz de los problemas, es más que un deber, es todo un signo, es lo que les hace más humanos.
- Hay quien además, es creyente y se esfuerza por vivir coherentemente con lo que Dios pide y Jesús vivió: amar al prójimo, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento…
- Hay quien da y comparte porque es su modo de seguir a Jesús, de contestar a la llamada a construir el Reino. En el rostro del pobre percibe a su hermano. La frase del Padrenuestro “Danos hoy nuestro pan de cada día” ya no se le queda hueca, se le hace verdad por dentro, porque colabora con ello.
- Hay quien al leer las parábolas de Jesús sobre el Reino va descubriendo su dinámica misteriosa: Dios va haciendo, a su manera, no hay proporción entre lo que uno pone y lo que al final resulta… Por eso da, y al hacerlo, se siente instrumento de ese Reino que no le pertenece a él, sino a Dios.
- Hay quien al dar y compartir, más allá del hecho en sí, percibe que hace la voluntad del Padre. Y lo suyo es vivir en obediencia de amor.
- Y también hay santos. Estos tienen suficiente libertad interior para saber que dan paso al señorío de Dios cuando hacen cualquiera de estas cosas, o todas a la vez, o según el momento:
Dar. Lo mucho y lo poco. Normalmente, no sólo dan cosas materiales, sino que se dan a sí mismos. Porque aman. Sin muchos razonamientos, porque el corazón ya no puede hacerlo de otra manera. Como una madre se da a su hijo.
No dar. Pero sí pedir a Dios por los necesitados. Porque esperan y confían en que Dios saque su brazo por ellos, y lo piden decididamente porque no dependen de que se cumplan sus expectativas.
No dar ni pedir. Pero sí creer en que la última palabra sobre la realidad la tiene Dios. Más allá de los esfuerzos y los resultados, de los éxitos y los fracasos, de los buenos deseos y de la frustración, de la efectividad de las obras.
Se les nota porque todo lo hacen con la misma alegría, la de quien está fundamentado en la fidelidad de Dios, vive de su promesa y sabe que estamos en buenas manos.

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